Unas palabras al maestro Rafael de Julia
Maestro Rafael de Julia, después de la última actuación tuya en Madrid donde en estos momentos difíciles imagino que te podrán asaltar todo tipo de sensaciones, quiero mostrarte mediante este relato mi apoyo.
Imagino que aunque a estas alturas de tu vida tu ya conoces lo que es el triunfo, el silencio, la indiferencia, la multitud, la soledad y todas esas cosas gratas e ingratas que tiene el toreo y la vida, no es fácil encajar una tarde donde tienes puestas todas tus ilusiones y sale todo al revés de como uno tiene soñado y pensado.
Mediante este relato quiero escribir y decir que no sé lo que tendrá deparado el destino en tu profesión, espero que te traiga la suerte que tu sentimiento torero y tu afición se merece.
Tú historia en el toreo no es una historia cualquiera.
Es la historia de un torero que rozó la gloria con las manos, que salió a hombros como matador de toros de la plaza de toros más importante del mundo (Madrid) y que luego la suerte, el destino o lo que queramos llamarlo te empezó a ignorar poco a poco.
Tú siempre eres, has sido y serás Torero y de los buenos.
En tu personalidad como Torero y como persona escondes esa magia y ese misterio que despierta sensibilidades.
Has estado una década o algo más sin torear, pero siempre siendo torero, porque torero creo que uno es desde que nace, aunque luego se hace.
Hace tres años tu espíritu Torero despertó y decidiste reaparecer y lo hiciste con la ilusión de quien empieza en esta bendita y dura profesión.
El año pasado te vi en un festival y estuviste cumbre, a la semana siguiente toreaste en Madrid y sorprendiste a los aficionados y eso te valió como pasaporte para estar anunciado en Madrid está temporada en dos tardes.
El pasado domingo no te rodaron las cosas, tú lote fue totalmente a contra estilo de tu forma de sentir e interpretar el toreo.
Mis palabras sé que poco te van a enseñar, porque tu a estas alturas de la profesión conoces la doble cara de la moneda.
Yo lo único que pretendo mediante este relato es apuntarme a esa minoría de personas que cuando las cosas vienen al revés siguen confiando, espero que en tu próxima tarde en Madrid te embista un toro y que así demuestres que tu toreo merece la pena ser esperado.
Es bonito volver a torear después de tanto tiempo, tu espíritu te lo pidió, tu reaparición me recordó salvando las distintas a la del maestro Antoñete que en paz descanse, nadie creía en él, salvó él solo y alguno más y al final el clasicismo de su toreo puso a todo el mundo de acuerdo y el maestro Antoñete fue más Antoñete que nunca.
Rafael, deseo que te embista un toro en tu próxima tarde en Madrid y saques a relucir el toreo que sientes.
Olvídate del otro domingo y piensa en tu próxima tarde.
"Suerte maestro, suerte Torero".
Julián Maestro
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