"Julián Maestro", el refugio de mis sentimientos.

  ¿Sabes por qué recurro a ti?. Porque en ti me busco, me pierdo y me encuentro. Recurro a ti en el silencio de la madrugada, en el amanecer de cada día, en mis soledades porque eres mi mejor compañía. Vuelvo siempre a ti porque tú eres mi mejor confesor, eres mi confidente, eres el desahogo de mis alegrías, de mis penas, etc. Nunca pensé que fueras a ser mi mejor amigo, es que en realidad tú eres yo y yo soy tu, yo puedo ser tu padre o viceversa. También puedo ser ficticiamente la madre que te parió y no tan ficticiamente.... A ti te puedo contar el niño que fui y el adulto que hoy soy. En ti puedo sentir a un Dios especial, mi Dios propio. A ti te puedo contar mis ideas infantiles y sé que no te reirás de mi, ni me miraras con ironía. Tú nunca me vas a despreciar, siempre me estarás esperando sin reproches. Siempre serás pasado, presente y futuro porque tú serás inmortal a todos los tiempos. A ti en ocasiones llego desesperado queriendo contarte muchas cosas, otras veces llego a ...

  Y ... Siempre estarás conmigo. En mis silencios, tú serás el sonido de mi respiración. En mis recuerdos todos llevarán parte de ti. Mis viajes llevarán el olor del perfume de tu piel. Mis noches me llevarán a un viaje astral donde quizás nos volvamos a ver. Mis lágrimas extrañan el tacto de tus manos, era el bálsamo que las secaba. Si yo salgo sentiré que tu sales conmigo y me acompañas. Imaginaré que estás en las olas del mar donde me bañe, tú serás la sal en mi cuerpo. Serás mi azafata particular en el avión, mi camarera en el bar del tren, serás siempre quién me guíe y me acompañante en mis decisiones. Cuando esté en soledad, recordaré que ella lleva tu nombre.  (María de la Soledad) Cuando salga a caminar, ya no podrás llamarme por teléfono, pero te seguiré recordando en el camino,  imaginaré que tú voz es la brisa y el sonido del viento, cuando haga sol y sus rayos alcancen mi piel también me acordaré de ti porque el diminutivo de tu nombre también lleva parte del ...

  Sin pretenderlo ni buscarlo un amigo y el destino me llevaron a comer a "La Murciana",un chiringuito de la playa de la Malvarrosa en Valencia. El día aunque estaba gris era bonito, una calma invadía mi espíritu, quizá el color gris del cielo, unas gaviotas revoloteando cerca del chiringuito, la buena compañía y el divisar cerca las olas del mar contribuían a ello. Allí en esa playa de la Malvarrosa más de cuarenta años atrás el genial Antonio Vega, descanse en paz compuso la famosa canción "chica de ayer" una de las canciones más bonitas y emblemáticas de las últimas décadas. Y... Escribo esto último porque yo también tuve por mucho tiempo mi propia chica de ayer, a diferencia de que la mía también será de hoy y de siempre aunque partiera a otra dimensión en julio del verano pasado. Mi chica estuvo casi cuarenta años a mi lado físicamente y sé que estará conmigo espiritualmente eternamente, por eso será de ayer, de hoy y de siempre. Un recuerdo constante hace que ...

La primera vez que oí hablar del maestro Vicente Ruiz "El Soro" fue al prestigioso ganadero salmantino D.Salustiano Galache que en paz descanse, aquel invierno de principios de los años 80 fui a tentar a tan prestigiosa ganadería y como era costumbre por aquellos años después del tentadero el ganadero nos invitó a merendar en su cortijo. Una de las cosas que más me gustaba de los tentaderos aparte de torear las becerras eran esas comidas o meriendas que ofrecían los ganaderos al término del tentadero porque además de que en el campo se abre el apetito y todo sabe mejor, surgían esas sabrosas charlas donde al amparo de una buena lumbre de chimenea se hablaba del comportamiento de las vacas y sobretodo se hablaban muchas cosas de toros y de diferentes épocas del toreo. D.Salustiano, que en gloria esté era un excelente conversador, era muy admirador del maestro Manolete y muy del maestro Soro que por aquellos años era un novillero puntero próximo a tomar la alternativa y que ya ...

 Aprendí que la vida se puede ir en un segundo después de una última letra, después del segundo que sigue a un verso, después de una última canción, después de un suspiro lleno de dolor acumulado en el alma. Aprendí que a veces lo mejor es vivir la vida a sorbitos saboreandolos y  no querer beberme la vida de un trago, siento que en muchas ocasiones quise vivir muy deprisa y ahora quiero vivir más despacio. Aprendí y sigo aprendiendo que los gustos no son para todos igual. Aprendí a comprender que no todo el mundo sabe escucharte, no todos quieren leerte, que lo que tú sientes nada tiene que ver con su sentir y entender. Observé las olas y vi como la espuma según viene se va. Aprendí que no es bueno querer complacer a todo el mundo porque te pueden confundir con un lacayo. Después del ruido llega el silencio. Y.... Sigo queriendo hoy estar aquí y mañana allí. No importa el que dirán, importa lo que yo me digo sin vanidad. Y..... el día que muera no me gustaría volver a reencar...