En mi soledad, Marisol.

Recostado en el sillón nuevo de la que siempre ha sido nuestra casa. Entro en el blog, buscando que se yo. Me doy cuenta de que mis letras en el fondo siempre eran para ti, que más daban los demás. Ahora que tu no estás, desde mi alma rota escribo buscando mi propio consuelo. Escribo al azar dándome todo un poco igual. Me sigo preguntando y supongo respuestas que ya dan lo mismo. Y en un mundo que sigue, todavía no encuentro mi rumbo. Dicen que es cuestión de tiempo, llevarán razón, pero este recuerdo constante me hace convivir con la tristeza, vivo en un tiempo donde todo me sabe muy distinto a cuando tu estabas. Echo de menos todo de ti, tu cuerpo, tus ojos, tus manos secando mis lágrimas, alguna discusión que siempre terminaban en largos abrazos, nuestras conversaciones, ¿por qué te pasó esto a ti?. Hoy ocho meses desde que te fuiste, me has partido el alma, nuestro perrito Duke al que tu adorabas y te adoraba, no sé separa de mi. Siento mucho cuando me tengo que ausentar de c...