Marisol





Te quisiste ir sin irte.
Intuyo donde estás y sé donde sentirte.
Tú hija menor te sueña y la mayor te busca donde cree que ahora estás.
Por mi parte te puedo sentir en mis recuerdos, en la brisa del aire, en la letra de una canción, en las calles por donde paseábamos, me acuerdo cuando te escribía y te decía que el mundo éra nuestro y nos pertenecía a ti y a mi.
¿Recuerdas aquella noche tan mágica cuando improvisadamente nos fuimos a ese pueblo de Zamora y dormimos bajo la luna llena y usamos como mantas mi capote?.
Que bien lo pasamos y cuanto nos reímos en aquel viaje, los dos solitos. (Esa noche también el mundo fue nuestro).
Cuando saco a pasear a "Duke" por la noche casi siempre miro al cielo y al ver la estrella que mas brilla quiero convencerme e imaginar que eres tu.
Ya ves la vida continua pero de distinta forma al menos para quienes te queremos, sí, digo te queremos, porque tu para mí nunca quiero que seas pasado, siempre eres presente.
Sesenta y dos días para escribirte una carta porque anteriormente solo era capaz de escribirte en intimidad especie de poesías.
El otro día estuve en el concierto de Mario San Román, ese al que teníamos pensado ir los dos y que el destino no quiso que me acompañases físicamente aunque no pudo impedir que estuvieras conmigo espiritualmente.
Mario, me dedico una canción en su concierto, que bonito gesto y detalle de un artista que tiene una gran calidad humana, pidió a los asistentes un aplauso para mí y yo interiormente te lo dediqué a ti.
Ese día perfumé mi cuerpo con tu colonia para sentir que tu también estabas allí.
El tiempo parece haberse parado, pero ese no se para ante nada ni nadie.
No sé que me tendrá preparado el futuro, pero desde tu partida su incertidumbre me da menos miedo porque algunas futuras cosas me dan mas igual.
Natalia, me contó el precioso sueño que tuvo contigo, estoy convencido de que no fue un sueño, fue una conversación de dos almas, de dos espíritus que se quieren.
Deseo con toda mi alma soñar contigo y que me cuentes lo feliz que estás.
Es curioso que no he soltado una sola lágrima en este escrito, raro en mi, porque hasta hoy han sido sesenta y dos días de lágrimas y de constantes recuerdos, no hubo un solo día que para mí no llevara tu nombre, ni una sola calle donde la nostalgia no me acompañase, te he sentido en el viento y en el agua de la piscina donde íbamos y sigo yendo.
Espero que tus alas ya estén totalmente sanas y hayan volado como era tu deseo a la inmensidad del cielo.
Y este relato lo compartiré, porque quiero escribir y contar que tu eras una persona muy especial en todo, tenías tus defectos como todo el mundo los tenemos y yo el primero.
Quiero mediante estas letras decir que eras una persona de una sensibilidad exquisita, detallista, muy humana, a veces con carácter difícil y que nunca mejor dicho yo en ocasiones no sabía lidiar, nunca se te olvidaban las fechas de los cumpleaños, jamás usaste pinzas amarillas para tender mi ropa de torear por aquello de la superstición, nunca nos dejaste sin un regalo de Reyes ni de cumpleaños, tenías y tienes unos gustos muy exquisitos para la música (Elvis Presley, Queen, Niño Bravo,etc.).
Para finalizar este relato, esta carta quiero decirte que nuestras hijas están bien aunque como es lógico tristes desde que te fuiste, nuestra nieta Esmeralda está preciosa y que guapo es también nuestro nieto Adrián, nació justo un mes de tu marcha, yo sigo muy apenado y aunque he intentado no llorar durante toda esta carta ahora no he podido remediar llorar.
Bueno mi niña, tus razones tendrías para irte y sé que ahora estás tranquila y feliz, cuida de nosotros, nunca te olvidaremos bombón.
Hasta siempre Marisol.

P.D.- Te volveré a escribir, cuida de nosotros.






Comentarios

CURRO SEVILLA ha dicho que…
Se nota que hay algo que os une y que ni aún la muerte puede separar. Filosofía y telepatía. Un abrazo Julián.

Entradas populares de este blog

Unas palabras al maestro Rafael de Julia

Aprendí