Al maestro Vicente Ruiz "El Soro"




La primera vez que oí hablar del maestro Vicente Ruiz "El Soro" fue al prestigioso ganadero salmantino D.Salustiano Galache que en paz descanse, aquel invierno de principios de los años 80 fui a tentar a tan prestigiosa ganadería y como era costumbre por aquellos años después del tentadero el ganadero nos invitó a merendar en su cortijo.

Una de las cosas que más me gustaba de los tentaderos aparte de torear las becerras eran esas comidas o meriendas que ofrecían los ganaderos al término del tentadero porque además de que en el campo se abre el apetito y todo sabe mejor, surgían esas sabrosas charlas donde al amparo de una buena lumbre de chimenea se hablaba del comportamiento de las vacas y sobretodo se hablaban muchas cosas de toros y de diferentes épocas del toreo.

D.Salustiano, que en gloria esté era un excelente conversador, era muy admirador del maestro Manolete y muy del maestro Soro que por aquellos años era un novillero puntero próximo a tomar la alternativa y que ya por entonces gozaba de mucho ambiente ente los aficionados, los toreros y los taurinos.

Don Salustiano, en dicha tertulia después del tentadero dijo una cosa del maestro "Soro" que se me  quedó grabada y que hoy después de mas de cuarenta años aún recuerdo, comentó que un día de tentadero en su casa estaba toreando el maestro una vaca y que observó que llevaba una goma puesta en la muñeca, D.Salustiano, le preguntó el por qué llevaba esa goma, y él maestro le contestó que era para acordarse de lo duro que era trabajar en la huerta y que al verla en su muñeca le hacía saber que si no se arrimaba le esperaba la dureza de la huerta.

En la respuesta ya se denotaba la raza y lo claro que tenía que quería ser figura del toreo.

Nunca toreé con el maestro "Soro" compartiendo cartel como novillero, pero mejor así porque sabiendo la casta que el tenía y sigue conservando y yo en ocasiones lo frágil que era ante las dificultades de ciertos novillos, posiblemente hubiera estado mucho tiempo secándome de su repaso en la plaza.

El tiempo pasó y yo después de varias temporadas como novillero cuando llegaron los tiempos adversos cambié mi carnet de novillero por el de banderillero, aunque con los años sería matador de toros y acabaría mis días de profesión en la categoría de banderillero, pero esa es otra historia que hoy no viene a cuento.

Aún recuerdo una anécdota del maestro, me acuerdo que cuando confirmó su alternativa en la plaza de Madrid, fui a ver la corrida y pasé a la plaza por el patio de cuadrillas, en ese momento entró el maestro, me vio, me recocio y me saludo por mi nombre, yo pensé para mí interior, que humilde, que buena gente y que serenidad tiene este hombre una tarde de tanta responsabilidad y compromiso para él y se detiene unos segundos para darme la mano y saludarme, ha pasado mucho tiempo desde aquel año de 1982 y el maestro este detalle ni lo recordará pero a mí desde ese momento ya me ganó.

El maestro Vicente Ruiz "El Soro", en poco tiempo se puso en figura y mientras estuvo en activo actuó con grandes éxitos en las principales ferias de España, Francia y América.

Durante las temporadas de los años 1992 y 1993, coincidí muchas tardes de toros con el maestro "El Soro" puesto que yo iba en la cuadrilla del maestro Luis Francisco Espla y torearon muchas tardes juntos, recuerdo la expectación que creaban y el espectáculo que daban en la plaza, que solvencia, facilidad y profesionalidad demostraban en la plaza, cuántas ferias se salvaron económicamente gracias al cartel de matadores banderilleros que componían entre otros los dos toreros mencionados y que mal fueron tratados por algunas empresas, la peor corrida sobre el papel para ellos y el día de menos fuste lo mismo.

Pero hoy quiero sobretodo escribir y rendir mi humilde homenaje a la figura del maestro Vicente Ruiz "El Soro ".

De la carrera del maestro "Soro", lo saben casi todo los buenos aficionados, pero personalmente quiero reflejar aquí lo que hoy se me viene a la memoria y mi sentir sobre el maestro.

En el año 1994 actuando en la plaza de toros de Sevilla sufrió una fuerte lesión en su rodilla izquierda y tuvo que dejar de torear por la gravedad del percance.

Dejó por fuerza mayor de torear pero nunca de ser y sentirse Torero y aunque la palabra torero se escribe con minúsculas yo la escribo a propósito con mayúsculas porque este es un TORERO con las letras más grandes que se puedan escribir.

El maestro "Soro", tiene un espíritu de lucha y de sacrificio que hace posible lo casi imposible y cuando menos lo esperaba nadie veinte años después sin estar recuperado físicamente al cien por cien reaparece en Játiva en el año 2014 y en las fallas del año 2015, su carisma, oficio y su sentido de la responsabilidad le hicieron estar por encima de las circunstancias, a esas alturas de su vida y carrera profesional nada tenía que demostrar a nadie pero se demostró así mismo y al mundo que su voluntad inquebrantable fue capaz de obrar un milagro en el que nadie creía salvo el propio maestro.

Después de todo aquello un virus maldito se cebo con su rodilla, el maestro es un ejemplo de lucha, afición y superación, ahora no torea en los ruedos su lesión de rodilla se lo impide, pero torea a la vida como nadie, tiene un programa de televisión y un programa de radio donde sigue teniendo el mismo éxito y carisma que tenía en los ruedos, trasmite una ilusión desbordante, atiende a todo el mundo con mucho afecto y cariño y es igual de noble y sencillo con las máximas figuras del toreo que con el más humilde de los novilleros.

Estos días de atrás estuve en su Valencia donde es toda una institución, nos atendió a todos los que estuvimos con él de categoría.

El maestro a estás alturas de su vida está de vuelta de todo y mi escrito es tan solo un cariñoso relato de admiración hacia su carrera profesional y hacia su gran humanidad.

Estoy convencido de que todo lo bueno que le ha pasado y le seguirá pasando en la vida son bendiciones que le manda el universo porque el maestro es todo bondad.

El destino le ha regalado y premiado con una  persona muy especial en su vida, ni mas ni menos que su mujer Eva que le entiende y le comprende, se les nota esa complicidad que desprenden los seres que se aman con toda su alma.

Este no es un relato de peloteo ni de postureo, al maestro no le hace falta que nadie le dé coba ni yo tengo porque dársela, nunca fue mi estilo y a estás alturas de mi vida sería un absurdo puesto que yo ya ni toreo ni vivo del toro.

Este es mi humilde homenaje escrito hacia un hombre bueno y noble que se sigue preocupando e involucrando con la profesión que le dio todo pero que también le ha quitado mucho, porque no olvidemos que el maestro Vicente Ruiz "El Soro" de momento se desplaza en una silla de ruedas por las secuelas físicas que le dejó aquella vieja lesión.

Maestro, gracias por ser como es, gracias por brindarme su amistad y cariño y sobretodo gracias por todo lo bueno que hizo y hace por el toreo en su querida Valencia y en el resto del mundo taurino.

Le deseo mucha salud y larga vida para seguir disfrutando de su torería y amistad.

Julián Maestro 


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